1. En provincia muy distante del En provincia muy distante del amparo del hogar, Derrochados aun los bienes, en pecado y vanidad, En la tierra vino hambre, un bocado quise yo, Alejado de mi padre, cuán amarga decepción. En la casa de mi Padre, Con amor me hizo entrar. Su palabra, pan de nobles Él me dio a disfrutar. Oh cuán triste y penoso entender mi condición; Yo iré y diré a mi Padre, implorando su perdón, “Contra ti y contra el cielo he pecado sin temor, Hazme sólo un jornalero, no soy digno de tu amor.” En camino a mi Padre, él de lejos me miró, Y corriendo a encontrarme, fue movido a compasión. Y se echó sobre mi cuello, me besó y dije a él, “Hazme sólo un jornalero, no merezco tu hijo ser.” No me habló de mi pasado, mas su puerta me abrió. Perdonando mi pecado, de su gracia me vistió. Un banquete luego hizo, regocijo se sintió, Con el gozo de los cielos, él mi alma revivió. 2. Al pasarse la vida Al pasarse la vida nuestra, Sí, hoja por hoja se va, Que pausemos al pie del Maestro A oír su consejo acá. Si viéramos cómo es el más allá Nadie a Dios negaría aquí, Y el galardón sería real, Que espera a mí y a ti. Cada paso es aún más cerca Del fin de mi vida acá, Cada vez yo estoy recordando, Que el rumbo es la eternidad. Hay millones de indecisos, Que perecen de tanto esperar, Ven humilde la senda estrecha, Y muy alto el precio a pagar. Cada día es un día más cerca, Cuando Cristo en su gloria vendrá, En su mano sostiene el cetro, Esperando a los fieles llegar. 3. ¡Oh, si supiéramos! ¡Oh, si supiéramos lo que costó, Muriendo cuando el velo se rasgó, Como ángeles alabaríamos! ¿No? ¡Oh, si supiéramos, qué amor! ¡Oh, si entendiéramos la pena real, La soledad, el huerto, el tribunal! ¿No le daríamos un amor total? ¡Oh, si supiéramos, qué amor! ¡Oh, si supiéramos lo que planeó, El gozo y compasión que extendió! ¿Él rechazado, pues, sería? ¡No! ¡Oh, si supiéramos, qué amor! ¡Oh, si supiéramos, Jesús Señor, Ante quien todos han de dar loor! Deseamos ya corresponder tu amor; ¡Ayúdanos a comprender! 4. Dios a todos hoy invita Dios a todos hoy invita A la vida celestial, Por la salvación sublime, Él deséanos llevar. Nada importa en esta vida, Nada igual a su perdón; Terminada esta vida, Lo que vale es salvación. Oh, escucha la advertencia, Dada en exhortación, Clama a Dios por su ayuda, A gozar la salvación. Busca hoy de Dios su gracia A cumplir con su querer, Jesucristo es el refugio, Do nos quiere esconder. Dios a todos hoy invita: Ven a él sin demorar, Él te vestirá lo santo Para con él habitar. 5. Cristo llama ¡Cristo llama, oh cansado! Ven ahora a descansar; Probarás su yugo fácil, Bien lo puedes soportar. No desprecies la llamada De este amigo fraternal, Amoroso, tan paciente, Compasivo y leal. Él espera a los mansos, Los humildes a salvar; Fue su sangre tan preciosa, Dada para rescatar. Aún implora como amigo: “No demores, ven a mí.” Si tú pierdes el convite, ¿Cuál será el triste fin? 6. Contadme más Contadme más de Jesucristo, Y más y más repítelo, Favor y gracia que me salvan, Su nombre fiel, contádmelo. Contadme más, me es menester Su guía y protección tener; De mi amado cuenta más Hasta que allá yo vea su faz. Contadme más de su amor, Es lo que da consolación, Jesús lloró, el rey de gloria, En su ternura y compasión. Contad de olas de tristeza, Cuando él dirá “Que haya paz;” Contad del amanecer nuevo Glorioso en su voluntad. Contadme más, aun lo repito, Alegres, sí, las nuevas son, Oh, ven Jesús, tú ya cumpliendo La obra de la salvación. 7. Tal como soy Tal como soy y sin petición Que en tu sangre hay perdón, A ti que llamas al corazón A ti, oh Cristo, me entrego hoy. Tal como soy, pobre, ciego, tú ves, Buscando asilo a tus pies, Hallando en ti mi gozo y prez, Oh Salvador, me entrego a ti. Tal como soy tú me recibirás; Mis muchos pecados limpiarás; Dejando toda mi carga atrás, A ti, por siempre me entrego hoy. Tal como soy, tu infinito amor Quebranta la valla alrededor De mi corazón, y a ti, Señor, Mi pobre vida entrego hoy. 8. En desierto vagando En desierto vagando, solo y sin Jesús, Anhelando consuelo, Anhelando la luz, En el mundo frustrado, y sin nada de paz: Es la vida sin Cristo, una vida fugaz. ¿No hay cerca alguno, compasivo y fiel, Quien mi carga alivie, y mi pena tan cruel? Cuando el alma afligida lucha en su dolor, ¿No hay cerca alguno con consuelo y amor? Sí, hay uno que espera, Anhelando ayudar Con la carga pesada, y la pena llevar. Él es fiel y constante, Cristo, amigo veraz, Un hermano cercano, un refugio de paz. ¿Por qué no te escapas ya de la oscuridad? Deja todas tus penas, ven a luz en verdad, Donde Cristo espera en su eterno hogar, A abrazarte y darte amor eterno sin par. 9. Grato es saber la historia Grato es saber la historia, Himno dulce al alma, sí; Cantaré sus alabanzas, Que me amó, se dio por mí. Pronto pasa esta vida, A quien amo le veré. Comunión divina siempre, Con mi Padre gozaré. Cuando vienen nubes negras, Miro a Getsemaní. Jesucristo, puro y santo, Padeció por ti y por mí. No se deja hasta mañana, Lo que Dios requiere hoy; Los negocios se acaban: Yo aquí de paso voy. Cuando Dios los libros abra, Todo se conocerá, Aunque aquí andemos juntos, Sólo a Él responderás. 10. Cuéntame del gran amor Cuéntame del gran amor de Jesús, Cómo dejó las mansiones de luz, Cuando sufrió y su vida ofrendó, Él del pecado así nos libró. Cuenta de cómo vivió y murió, Cómo angustiado su vida ofreció. Él fue herido por nuestro pecar, ¡Oh, qué amor, inefable, sin par! Cuenta de cuando lloró con pesar, Y anheló a su pueblo salvar; Mas insensibles no oyeron su voz, Y despreciaron al Hijo de Dios. Cuenta de cómo con odio y desdén Le coronaron de espinas la sien, Y cual cordero sus burlas sufrió, En mansedumbre su boca no abrió. Cuenta de cómo, muriendo Jesús, Desamparado él fue en la cruz. Aun a su Hijo Dios no escatimó. Pues, por su muerte él nos redimió. 11. Tu buen camino, enséñame Tu buen camino, oh Dios, enséñame, Consejos célicos enséñame; Contigo andaré, No por mí, sí, por fe, Tu gran luz guíeme: Enséñame. Cuando en tristeza yo, enséñame, Si el gozo se acabó, enséñame. En soledad o en mal, En aflicción mortal, Éxito y bien triunfal, Enséñame. Dudas, temor vendrán: enséñame, En tempestad y afán, enséñame. Con nubes, lluvia, sí, Pena o dolor sin ti, La senda alumbra en mí, Enséñame. Mientras con vida yo, enséñame, Tenga salud o no, enséñame. Hasta el final correr, Hasta la meta ver, Y el premio obtener, Enséñame. 12. La más dulce historia La más dulce historia oigo Que ha contado algún mortal, Fiel mensaje y de gloria, Quiero oírlo, no hay igual. Un susurro al alma díceme, “Yo por ti lloré y oré; Cesa de luchar en contra mía, ¡Pecador, te salvaré!” Cuenta la hermosa historia, Cuéntamela veces mil, Que Jesús dejó la gloria y Vino a morir por el hombre vil. En tristeza mía profunda, Yo pensé con seriedad Del mensaje dulce y suave: “Escuchad, probad, entrad.” Yo vencido caí delante Del Señor, mi Rey de amor, Hasta que gozó mi alma Vida celestial, gran paz, loor. Un gran día el ángel se pondrá Sobre tierra y sobre el mar, Y dirá con voz de mando Que el tiempo ha de cesar. ¿Clamarás tú, “¡Piedras cúbranme!” Para no mirar su faz? ¿O, cubierto por la sangre del Cordero, Le contemplarás? 13. Oh alma triste de buscar Oh alma triste de buscar, Dios sabe tu pavor, En gran amor él ruégate, “Tu cruz ya toma y sígueme; Tu carga llevaré, Tu carga llevaré.” El alma triste hallará Muy cerca el Salvador; Él te dará pleno perdón y paz, Y ya descansarás. Oh alma en oscuridad Do gozo nunca habrá, El Salvador ayudará, Tu corazón se llenará; El Rey habitará, En ti habitará. Oh alma, aún lejos del Abrigo del redil, Hoy es tu oportunidad, Te llama, sí, con voluntad; El mundo es duro y cruel, El mundo es duro y cruel. Las dudas se disiparán, Con claridad verás En Cristo luz, y al caminar, Te lleva al eterno hogar; Tu Salvador te busca, Sí, te busca a ti. 14. Hoy la voz de Cristo llama Hoy la voz de Cristo llama A su obra sin tardar, Puesto que la noche viene No demores en llegar. Alza a la mies la vista, Ve, los campos blancos son. ¿No te sientes conmovido, Por amor, el corazón? Te llama, sí, te llama, sí, No desprecies su llamada, Hoy te llama, llama a ti. llama sí, llama si, Oye, es la voz del Maestro Que te vuelve a llamar. ¿Puedes aún quedar tranquilo, Puedes aún no trabajar? Almas, cual la mies peligran: Los obreros pocos son. Oh, no dejes que perezcan Sin gozar la salvación. Ve, la noche está encima, Cuando no podrás obrar. Visto has los campos grandes Bien maduros por segar. Te ha menester el Maestro; Grande es el galardón. Al volver con las gavillas, Gozarás de bendición. 15. Paz, dulce paz Paz, dulce paz, en este mundo vil, Jesús nos ha provisto paz del redil. Paz, dulce paz, cargados con afán, Si amamos su verdad, sus frutos darán. Paz, dulce paz, dolores en redor, Mas en los brazos de Jesús, ¡que amor! Paz, dulce paz, los nuestros lejos van, En su cuidado ellos descansarán. Paz, dulce paz, ¿y qué del porvenir? A él le dejaremos dirigir. Paz, dulce paz, la muerte llegará, Jesús ya la venció y paz nos dará. Bástanos ya, la lucha cesará, Y paz tendremos en el gran más allá. 16. Oh, vuelve a Dios Los muchos buscan paz en los placeres, Cisternas rotas aguas no tendrán Para hallar de Dios, su desagrado, Dejando el corazón con más afán. Oh, vuelve a Dios, quien aguas nuevas da; Está en él, está en él; Está en Dios y siempre vivirás, Oh sele fiel, oh sele fiel. Las muchas voces de este mundo llaman Tantas maneras vidas a sembrar, Y cada senda lleva a un destino, Oh alma fiel, tus pasos bien cuidar. La voz de Dios tan tiernamente llama, Oh alma fiel tus hechos bien cuidar. Las sombras de la tarde ya cayendo, El tiempo vuela y pronto pasará. Los cielos dieron lo mejor posible; Cristo sufrió en Calvario en mi lugar. Su vida dio, pagando el rescate, Para con él tu puedas siempre estar. 17. Dulces palabras Dulces palabras, eternas, sin par, Es primavera, nuevo sembrar, Para mi alma el Maestro habló, Y vida nueva entonces brotó. El grano al sembrar ante su faz, Va produciendo la vida y paz. Ve tú, paciente, en vano no es, Con esperanza, con toda prez, Desde lo alto tal orden y luz, ¡Siembra la gloria, amor de Jesús! Todo el mensaje me es salvación, De su hermosura, ¡Deme visión! Oigo la historia: a Cristo iré; ¡Él sea mi todo, mi guía, mi rey! 18. Señor, en mi necesidad Señor, en mi necesidad, Vengo a pedir poder; Ayúdame por fe a vivir, Cada momento fiel. Y si mi suerte sale hoy Contra mi voluntad, Yo sé que en tu plan por mí, Ganancia hay y bondad. Señor, si vas conmigo hoy, Tranquilo estaré; Y si adversos vientos hay, En ti descansaré. O si quizás mi senda esté Con sombras que temer, Mi mano ten, Señor Jesús, Hasta el anochecer. 19. Dios anhela transformarte Dios anhela transformarte A la imagen de Jesús, Para reflejar su gloria Mientras andas en la luz. Te resignas, te humillas En su mano de verdad, Siempre listo y dispuesto A cumplir su voluntad. Con su amor tu alma llena, Te da gozo al servir, Con su espíritu unido, Deja a Cristo dirigir. Él te quiere hacer perfecto, Sin dudar su gran poder; Que enmudezca tus ideas Para su querer hacer. No vaciles, no murmures: Tú al despertar verás; Cual de Cristo tu imagen, Satisfecho quedarás. Sin estorbo que él trabaje Hasta que obre en tu ser, Y la imagen de su Hijo En tu vida pueda ver. 20. Oh Cristo, en ti Oh Cristo, en ti mi alma encontró Lo que se halla sólo en ti: La paz y gozo que yo busqué, Y que antes desconocí. Pues sólo Cristo me saciará; No hay otro nombre para mí; La vida, amor y gozo sin igual Por siempre se hallarán en ti. Anhelaba yo la felicidad, Pero no buscaba a ti, Y al pasar de largo a ti, Señor, Tu amor me cautivó a mí. En cisternas rotas yo intenté Calmar mi pena y sed, Mas el agua falsa me engañó, Y burlándose de mí, se fue. Lamenté placeres perdidos ya, Y jamás lloré por ti, Hasta recibir la divina luz, Tu hermosura claramente vi. 21. En horas amargas En horas amargas de tribulación, Contadme la historia de Cristo. Y el mal invadiendo a mi corazón, Contadme la historia de Cristo. Contadme a mí de su amor, Esta historia tan bella, De mi Señor. Cansado en la lucha, buscando la paz, Contadme la historia de Cristo El día esclarece, es gozo veraz Oír la historia de Cristo. En días oscuros, qué bueno poder Oír la historia de Cristo. Suaviza el alma, revive mi ser, Al creer la historia de Cristo. Cesando la vida, la luz ya se va. Deseo oír más de Cristo. La patria eterna yo quiero habitar Y ver la gran gloria de Cristo. 22. Críame este niño “Críame este niño,” fue un plan que hizo Dios, Y sus padres guiados, del cielo por la voz, Bien amaron el reino. ¡No lo olvidó! Y riquezas en Egipto rechazó. Triste y afligida, un alma prometió Que de Dios sería su hijo, ¡y lo cumplió! Dijo él en el reino, “Heme aquí; Habla, el siervo oye.” Que responda así. “¿Cómo debe ser la manera de vivir De este niño enviado? Enséñanos a ir Con amor en tu reino, en santidad: Que nuestro ejemplo sea tu voluntad.” Gran promesa, afecto mostró el Padre fiel, Y confió a su Hijo a dos de barro cruel, Mas vivieron el reino y su voluntad, Aun malentendidos, con fidelidad. Hasta el día de Cristo el Padre contará Con la guía piadosa de dos que ojalá Por el reino murieran, siempre en orar, Y un futuro muy seguro al reino dar. 23. Quiero siempre luchar Quiero siempre luchar sin jamás vacilar, En la lucha de fe venceré. Si yo sigo a Jesús, sus consejos en luz, Su Espíritu manso tendré. En Calvario sufriste por mí. Aun mis culpas llevaste, oh Jesús. Quiero serte muy fiel, hasta el fin Al seguirte, llevando mi cruz. Bueno es comenzar cada día con orar Y buscar tu presencia, Señor. ¡Qué placer tú me das, qué consuelo y paz, Qué impulso a servirte mejor! Y la noche al llegar, otra vez al orar, Siento grato en mi corazón. Porque donde fallé, o un paso erré, Tú concédesme siempre perdón. Cuando venga el día en que he de morir, Y me llame su voz de allá, Satisfecho iré, consolado, yo sé, Pues con Cristo mi encuentro será. 24. Mi Señor me habla Mi Señor me habla, Y ya, mi corazón en calma está. Mis penas desvanecen, En su voluntad. Mi Señor me habla, Y tan cansada de buscar la paz, Mi alma halla en su amor, Dulce solaz. Mi Señor me habla, Con voz suave como el lloviznar Y hace a mi corazón Fructificar. Mi Señor me habla Y en la noche esperanza es mía, Y con tranquilo corazón, Espero el día. 25. No te conturbes No te conturbes, fiel sé a Cristo, Si bien espinas pisas hoy; Te olvidarás de tu tristeza Al verle y oír su voz, “Yo soy.” No dejes que mañana nuble Tu alma con temor tan vil. Hoy sele fiel; no te aflijas, En Cristo pon tus penas mil. No te conturbes si a veces Te falta luz en tu andar: Verás en claro al Sol del cielo Y el día eterno alborear. No te conturbes, ve con Cristo Y regocíjate en su amor; Ya rechazado, mas en gloria Tu hogar será con el Señor. No te conturbes, pronto viene, Y nuestra espera acabará. A él veremos en su gloria Y la justicia reinará. 26. No puedo regresar Mi corazón dispuesto está A ser ofrenda en tu altar, Ligado a tus promesas ya, No puedo regresar. No puedo regresar, ¿Por qué volver atrás? Mi voto ya subió a ti, No puedo regresar. Mi todo doy y mi mejor Sin retener ni escatimar. Yo sigo a ti, mi Salvador: ¿Por qué volver atrás? Mi anhelo es vivir por ti, La vida toda ofrendar; Mi corazón tu trono es: No puedo regresar. Mi fuerza está en tu amor, Por gracia puedo alcanzar La meta al fin, el galardón; No puedo regresar. 27. Quisiera hacerme fuerte Quisiera hacerme fuerte en la lucha, Y mis debilidades compensar; En tramo largo en el día nublado, Do nadie canta, quiero yo cantar. Que sepa yo ser fiel cuando escogido, Y proseguir de buena voluntad; De lo sencillo nace lo más bello, El bienestar de otros gozo da. Que sepa yo andar con más cuidado, Considerando a él que venga atrás, Y no soltar las ramas de repente, Que puedan al hermano lastimar. Quisiera ser más fiel en adelante, Los goces y las penas aceptar. Y si me tocan valles más profundos, A las alturas quiero yo mirar. 28. No temas, hijito No temas, hijito, al caminar, No temas el paso que das; Valiente enfrenta la tempestad, Oh! Sé tú leal y veraz. No temas tú, oh hijo mío, Andar en la verdad; Valiente sé al enfrentar Aquí la tempestad. Tu Padre en el cielo atento está, Con fuerzas te quiere ayudar; Levanta tus ojos a su altar, Confía en su amor tu lugar. Escucha atento a tu redor El llanto, el gemir, el clamor De almas que vagan sin el Señor, Ayúdales tú, buen pastor. 29. En cada prueba En cada prueba, Dios, miro a ti Y el sacrificio de tu hijo por mí, Viendo el galardón, rindo mi corazón, Sigo con más pasión, Jesús, Señor. En cada lucha en ti confiaré, Tu voluntad haré y me gozaré. Te serviré en fe; confiado andaré En el camino de Jesús, Señor. En cada ansiedad descanso en ti; Consuelo hallo en tu trono aquí. La noche pasará; lágrimas no habrá: Ven pronto, ruego ya, Jesús, Señor. 30. Ayúdame en cada día Ayúdame en cada día, oh Cristo A ser más fiel en todo tu mandar. Y guárdame debajo de tus alas Sabiendo cómo andar y do pisar. Que sepa yo andar con más cuidado, En tu preciosa y santa voluntad. Y cada paso que dé en el camino, Que pueda ser un paso más allá. Nunca quisiera defraudar lo puro Que en la antigüedad ya se sembró. Y que ha seguido en el mundo entero, Que aumente más amor por nuestro Dios. Quisiera yo cuidar aun siendo niño Este rebaño con un corazón Sincero, puro y una gracia tierna, Porque en verdad les amo, ¡hermanos son! Aunque el mundo siempre vaya en contra De lo que tengo, oh Señor Jesús, Yo estaré contento y satisfecho, Porque te tengo sólo a ti, Jesús. 31. Más amor Padre, escucha mi oración, ruego en humildad: En tu tierna compasión hazme amarte más; Manantial de amor sin par, dígnate conmigo estar; Como tú amas quiero amar, siempre más y más. Más amor, mi Señor, Oh ensancha el corazón Con tu gran amor. Tú dejaste el cielo y luz, Salvador, por mí; Diste todo en la cruz; quedo libre en ti; Tal angustia por mi error, sacrificio de tu amor. Toca mi alma por favor, para amarte más. Con amor moriste tú: ¡Muera yo también! Mi poder y voluntad en tu mano ten; Tu agonía y dolor quiero compartir, Señor; Contemplando tal honor, quiero amarte más. Mi rescate se pagó por tu sangre allá. ¿Quién tal precio comprendió? ¿Quién responderá? Toda mi alma anhela a ti, suplicando, oh Cristo, así: De tu inmenso amor en mí, haya más y más. 32. Enséñame a orar Enséñame a orar, con fervor, Este es mi ruego, oh mi Señor, Anhelo, oh Cristo, más conocer Tu voluntad y el bien hacer. Sea sincera mi oración, En medio de la ocupación, Almas perdidas hay en redor, Preciso siempre orar con amor. Enséñame a ti suplicar; Sé tú mi guía, en mi andar; Esta confianza, quiero apreciar, Enséñame a fielmente orar. Que permanezca en ti, oh Señor, Este es mi ruego, mi Salvador, Otra vez pido de tu poder, Que en todo pueda siempre vencer. 33. Mi alma busca a ti, Señor Mi alma busca a ti, Señor, Seré feliz con tu calor, De tu refugio y protección, Bajo tus alas de amor. Te necesito, Oh! Señor, Ruego escuches mi oración; Dame tu gracia y favor, En pruebas y en tentación. No sé andar ni bien obrar, Para aprobado ser acá. Enséñame tu voluntad, Y el galardón tendré allá. Inclina tu oído a mí, En el lugar secreto yo; Mi ruego suba ante ti, Espero en tu dirección. 34. Ora siempre Ora siempre, aquí está Dios, Ora siempre te escuchará, Él ha dicho y él es fiel, Ora siempre, él contestará. Ora siempre en necesidad, Ora siempre Jesús oirá, No hay nada que él no ve, Ora siempre y lo hará. Ora siempre en tentación, Ora siempre y vencerás, Jesús sabe, pues él sufrió, Ora siempre: te ayudará. Ora siempre en tu dolor, Ora siempre te aliviará, Dios ve toda la lucha cruel, Ora siempre, él responderá. Ora siempre y con más fe, Ora siempre, de Cristo en pos; La fe borra tu mucho afán, Ora siempre, te escucha Dios. 35. Señor, deseo tu dirección Señor, deseo tu dirección En todo mi andar, Que tú me guardes hoy aquí Del mundo tan falaz. Guárdanos, guárdanos Del mundo que se va, Tú eres nuestra roca fiel, Y no nos dejarás. Señor, tú eres el sostén De nuestra salvación, Dirígenos por siempre aquí, Dirígenos, Señor. Señor, tú eres nuestra luz En días de tentación, Pues hoy me rindo yo a ti Con todo loor y prez. 36. Himnos de Sión Entonad de Sion los himnos, los más dulces a saber; Cante el rico de riquezas, y el mundano del placer: Mas al pueblo, sí, que canta himnos de celeste honor Se les da contentamiento, y al corazón valor. Entonad por la mañana del rocío en derredor, Y cantad misericordia que ofrece el Dios de amor. Al llegar a mediodía, afanado el corazón, Entonad intercesiones que me lleven a oración. Entonadme himnos dulces ya al verse el sol bajar, Y mi barco esté llegando al hermoso, eterno hogar. Aunque tenga yo temores, me será sublime oír Las canciones del Cordero que me animan al morir. Entonadme el himno dulce de la gran resurrección, Cuando Cristo al que le espera traerá la redención. Cantaremos voces miles, el gran coro celestial: A una voz entonaremos himno nuevo y eternal. 37. Digno eres Digno eres, digno eres, Oh bendito Rey, Señor. Lo mejor a ti daremos: Como el cielo tu favor. Cuando cuesta el camino, Que cantemos aun aquí, Ecos de los cantos celestes, En adoración a ti. Nos has redimido Para ti, oh Cristo, Por tu sangre en Calvario Y en Getsemaní. Digno eres, digno eres, El Cordero que murió. Digno, pues, de nuestras vidas, Al que el Padre revivió. Toda honra, fuerza y gloria Te rendimos con amor, Para siempre eres digno, ¡Luz celeste, Jesús Señor! 38. Tú has sido mi ayuda Tú has sido mi ayuda, No me dejes, oh Señor; Sigue recio el conflicto, Y te necesito hoy. Oh, Jesús, Salvador No me dejes desmayar; Enemigos me rodean: Que me ampares sin cesar. No me dejes Jesucristo, Aunque débil yo esté, Tú me prometiste fuerzas Si confío en ti: ¡Lo haré! En el día de angustia Que me escondas, oh Señor; Guárdame regocijando En tu gracia y amor. 39. Cuerdas cayeron Cuerdas cayeron, hermosa herencia, Tanto las quiero, son libertad, Trazan linderos de más confianza, Todo con gracia a su mandar. No me restringen, sino protegen, Muros seguros, en mi redor; El rumbo es claro y voy seguro, Sostén y abrigo su trono da. El Rey me traza fronteras santas, Por su ejemplo y su verdad, A los que le aman, son salvavidas, Y les declaran su voluntad. La enseñanza es siempre en línea Con Jesucristo, el Hijo fiel, Desviando nunca de su palabra, Seguimos siempre su senda real. Que no nos halle quitando nunca Líneas antiguas, tan claras son, Siempre aceptando, probando a diario Sus dichos fieles, con más amor. 40. No ha faltado Dios No ha faltado Dios a sus promesas, Al darnos todo en Cristo sin rival. Y su palabra, más que el cielo dura, Fuerza dará, hasta el gran final. No ha faltado en tiempo de tristeza, Ni una letra de consolación. Me acompañó en senda solitaria, Su gran poder probé, su comunión. No ha faltado nada a sus palabras, Desde el principio y todavía es fiel, Cuando seguimos y le obedecemos, Hasta la meta nos guiará con él. Él no nos faltará si le rendimos Al fin del día la ofrenda, grato olor; Que esta última ofrenda nuestra Sea grata a los ojos del Creador. 41. No sé por qué Dios me mostró No sé por qué Dios me mostró Su gracia por el Salvador, Aunque indigno me siento yo Compróme por amor. Pero sé en quien he creído, Y persuadido estoy que puede Guardar lo que le he dado Hasta aquel gran día final. No sé por qué el Padre fe me dio, La fe de salvación veraz, Ni cómo, al creer lo que enseñó, Al corazón me dio la paz. No sé yo cómo el Espíritu Revela a Cristo, el Verbo fiel: Da convicción al hombre del pecar, Creando fe en él. No sé yo cuando venga el Salvador, La hora, cuál será, Ni cuando por el valle pase yo Entrando al gran más allá. 42. Nuestro corazón rebosa Nuestro corazón rebosa gratitud por tu amor, Por el evangelio puro que trajiste, oh Señor, Por tu vida tan humilde, por morir en nuestro lugar, Por haber resucitado, esperanza viva a dar. Por la comunión tan dulce que nos liga en bondad, Que se profundice siempre el sentir de hermandad, Júntanos, Señor, más cerca, en un solo cuerpo aquí, El amor de uno a otro muestre nuestro amor a ti. En el mundo de tinieblas brille tu divina luz, Reflejando nuestras vidas rayos de tu amor, Jesús. La pesada y dura carga del cansado haznos llevar, Luego juntos viajaremos hacia nuestro eterno hogar. Que seamos peregrinos siempre fieles en andar, Hasta el son de la trompeta, día eterno a señalar. Luego de las tierras lejanas a tu lado haznos llegar, Ven, Señor, a reclamarnos, tu esposa eterna a amar. 43. ¡Qué hermoso nos es recibir ¡Qué hermoso nos es recibir Lo que Cristo siempre ha de suplir, Todo el afán y la ansiedad Ya no apresarán jamás mi libertad! Las gracias doy por tu obra en mí, La senda que nos muestras seguiré, Sintiendo que hoy soy muy feliz, Descanso en él siempre tendré. Doy las gracias por mi existir, Y agradarte busca mi sentir, Hoy mi vida bien la llevaré, Y tu Espíritu en mí lo sentiré. Ya el mundo es niebla y tempestad, Que mantiene oscura la verdad; Hoy mi rumbo es de rectitud Y de amor, inmenso amor en plenitud. 44. Oh Dios, agradecido estoy Oh Dios, agradecido estoy Por cada hermano fiel, Que me ayuda en mi luchar Y que me anima a continuar Contigo hasta el fin, Contigo hasta el fin. Las gracias doy por cada hogar Abierto para ti Y donde puedo yo llegar Allí refugio a gozar, Y dulce comunión, Y dulce comunión. Las gracias doy a ti, oh Dios, Por tu fidelidad: Ayer me diste tu perdón, Y hoy me das tu bendición; Nunca me faltarás, Nunca me faltarás. Quisiera, oh Dios, mi gratitud Mostrar por mi vivir, Obedecer a tu mandar, Servirte fiel en mi lugar, Y darte mi mejor, Y darte mi mejor. 45. Señor, quisiera darte Señor, quisiera darte las gracias por tu amor, Y por haber mandado a mí el Salvador, Con el mensaje nuevo el cual me despertó, Entonces me di cuenta en dónde estaba yo. Quisiera yo pedirte que aumentes más mi fe, Y en tu paz verdadera me regocijaré. Señor, quisiera darte las gracias por tu amor, Por los hermanos fieles, contando de tu amor La historia más preciosa de nuestro Redentor, Que aboga en el cielo por el más pecador. Ayúdame a servirte, Señor, sólo a ti, A que otros se den cuenta que hay un cambio en mí, Para que se arrepientan y puedan entender, Porque el fin ya viene y puede sorprender. 46. En todo el mundo En todo el mundo el pueblo va a luchar, La noche toda hasta el día clarear, ¡Oh, sé valiente, Cristo ha de ayudar! ¡Sé firme y fiel! ¡Luchad! Conflicto cruel las almas probarán, En cada puerta emboscadas van, No hay premio si no cruzas el Jordán, Hasta volver Jesús. ¿Por qué temer? El vencedor está Con manos fuertes, extendidas ya; Jesús nos guía y no nos dejará: ¡Por él valiente sé! La lucha fuerte es una, nada más; Descansarás por siempre ante su faz, Tu escudo en fe y victoria dejarás: Soldados de él, ¡Luchad! 47. Hoy mi alma te desea Hoy mi alma te desea, Y mañana espero a ti; Ven, consuela mi alma triste, Ya que todo te lo di. Oro siempre por los siervos Y los santos del Señor, Y por los que luego vengan, Yo te ruego con amor. Quiero, pues, seguir tu senda, Por la gracia del Señor, Son tan dulces los recuerdos De sus siervos y su amor. Cada día yo espero En tu gracia caminar; Mira, oh Señor, mi casa, Pronto ven a consolar. 48. Bajo tus alas Descansamos, Padre amado, bajo tus alas; Todo afán a ti es dejado, bajo tus alas. No podrá Satán desviarnos, Ni el pecado espantarnos, Ni la muerte, pues, dañarnos, bajo tus alas. Hay consuelo en la tristeza, bajo tus alas; La incertidumbre cesa bajo tus alas. ¡Sobre nos tu mano extiende! Paz como el rocío desciende, Tierno amor que nos comprende, bajo tus alas. Padre, el mundo lastimero lejos está De tus alas protectoras, ¿Ayuda habrá? Oye el ruego angustioso, ¡Salva, Padre amoroso! Tráelos al sinfín de gozo, bajo tus alas. 49. Al ir de Cristo en pos Al ir de Cristo en pos Me ha acercado a Dios, Aunque por penas ya pasé. Mejor escogería Su causa, no la mía; Es la que gozo da, yo sé. No lo que quiera ser Ni donde quiera ir, No debo escoger el paso de hoy. Mi Padre escogerá, Yo sé mejor será, Así feliz me quedo o voy. Las penas y el dolor: Llevarlos con amor, Para corona alcanzar. No temeré la cruz: Así sufrió Jesús; La llevo por su amor sin par. Sumiso al querer De Dios es mi deber; Me asegura de su amor. Al mundo y al placer Con él podré vencer: Yo gano al ceder con loor. 50. La noche oscura La noche oscura en derredor, Sin ti no tengo guía, Señor. Oh, mi bendito Salvador Tu Espíritu no quites de mí. Luz en el mundo eres tú, Mi esperanza por la cruz, Oh no me dejes, mi Jesús, Tu Espíritu no quites de mí. Sin ti mi alma morirá, Otra esperanza no habrá, Escúchame en tu gran bondad, Tu Espíritu no quites de mí. 51. He de buscarte He de buscarte, oh Dios de mis padres, Fuiste su roca, su escudo y pendón. Lo que has sido a mis antepasados Sé para mí, al rendirme a tus pies. Tu amor eterno llena mi alma, Quedo seguro en tus brazos de amor; Ponme a salvo en los días oscuros, Libre del mal, protegido por ti. Cuando las olas del mar me amenacen, Mi ancla en ti siempre firme estará; Me guardarás de las aguas violentas, Firme y seguro en tu amor estaré. Espera en Dios si te sientes cansado, En él tus fuerzas recuperarás; Y otra vez has de ver las alturas, Sobrevolando, hacia el gran más allá. 52. Amados de Dios Amados de Dios, somos de su pueblo, Queridos, sí, en él, nacidos ya de nuevo. Por el Hijo amado somos hijos de adopción, Coherederos de Jesús de eterna salvación. Llamados por Dios, para ser sus santos, Nos dio de su placer, llevando nuestros llantos, Nos hizo sentar, sí, en lugares célicos, Serviremos con ardor, leales ante Dios. Ahora somos hijos únicos genuinos, Queremos confesar que somos peregrinos. Despreciando el mundo y perversidad tan vil, Somos bien cuidados del que es el Rey gentil. 53. Dulce el descanso Dulce el descanso al amanecer, Tras la derrota oscura del ayer. Un nuevo día, tu voluntad triunfar, Y tu querer, Señor, en mí reinar. Este reposo, oh Maestro, dame a mí, Que halle yo mi paz, mi todo, en ti. Dulce es llevar mi cruz, reposo da, Pura ganancia es negarme ya. De esta muerte: la resurrección, La vida en Cristo, acepta, pura, un don! Dulce el descanso tras ardua labor, Ni del botín me jactaré de honor. La gloria, la corona, sean de ti, Sólo de ti, que das victoria así. Dulce el descanso al final del día, El alma vuelve a quien la vida guía, A estar con Cristo, nuestra adoración, Juntos con él, sin fin el galardón. 54. Hoy tan contentos Hoy tan contentos nos juntamos, Con el deseo de cantar. Oramos y testificamos, Siempre su amor a recordar. Tan pronto todo va pasando Después de tanto esperar. Sentimos en el alma pena Empero más amor llevar. Con siervos y con muchos santos Para cumplir su voluntad, Del cielo, luz y paz nos llegan Trayendo la felicidad. Nos despedimos de anuales, Los siervos todos ya se van. La despedida es costosa, Que oremos, pues, con más afán. Si nunca más aquí nos vemos, En este mundo de dolor, Con Cristo más allá en el cielo, Tendremos comunión mejor. 55. Hallábame en soledad Hallábame en soledad, Y en desierto sin su luz, Y tuvo grande compasión Al verme así mi buen Jesús. Y con cariño me habló, “¿No quieres que te salve yo?” Amor supremo, gran amor Que tuvo el buen Salvador, El vino al mundo a buscar A las ovejas sin pastor. Heridas mil me las vendó Llevándome a su redil, Y su cuidado y amor Me dan consuelo pastoril. Ahora no tendré temor, Pues, ando con el Salvador. Contento me encuentro hoy En comunión con Cristo Rey, Escucho su benigna voz, Al enseñarme él su ley. Si voy siguiendo en su luz, Jamás me dejará Jesús. 56. La senda del mañana La senda del mañana oculta es, Mas andaremos hoy, Confiamos el futuro al Padre fiel: Él guía, con él voy. El Padre siempre encubre en amor Afanes que mañana habrá. Pues él bien sabe que las cargas de hoy Nos bastarán para llevar. No vamos por la vista al caminar, Confiamos en su amor, Seguimos hacia arriba sin dudar Con fe en el Señor. Peligros que en la senda ocultos hay, Se encuentran vez tras vez, Muy claros son a Dios, y él guardará De trampas nuestros pies. Y cuando el cielo muy nublado esté, El Padre nos dirá, “Promesa de un brillante día es, La nube pasará.” 57. No esté mi alma No esté mi alma llena de tristeza, Aunque oscura esté mi senda acá; El que me cuida hoy, también mañana Con mano fuerte me sustentará. Pues hoy, Señor, confía mi alma en ti; Haz que confíe hasta el fin. A tu altar mi vida sea atada; Aquí mi todo pongo a tu pedir; No dejes que vacile o retroceda, Mas cada día ayúdame a seguir. Mi esperanza en ti sea más profunda, Como ancla fuerte en peligroso mar; Aunque en el polvo duerma a tu llegada, Entre los salvos hazme despertar. 58. Nos da Dios más gracia Nos da Dios más gracia si es grande la carga, Si aumenta el trabajo, da fuerzas demás; Si añade aflicciones, da misericordia, Por pruebas más duras, se aumenta la paz. Al ser agotada, pues, la resistencia, Faltando más fuerzas durante el día, Llegando al fondo de nuestros recursos, Son amplios su mano y favor todavía. Su amor no termina, ni mide su gracia, Poder sin fronteras, no tiene revés; Riqueza inefable que nos da en Cristo, Concede, concede y concede otra vez. 59. ¿Qué nos da la esperanza? ¿Qué nos da la esperanza De triunfar en el luchar? ¿No es en orar constante Y en secreto vigilar? Cristo en esa noche triste, Gracia él pidió y poder; Vino el ángel dando fuerzas Con que él logró vencer. En el huerto, en el huerto Es do hay que vigilar; Que seamos victoriosos, No fallando en velar. Otros se cansaron mucho Al velar y esperar; Cristo los halló dormidos, Tristes, sin poder velar. Él a solas vigilaba, Redimirnos le costó; Todo el cielo contemplaba: Nuestras culpas él llevó. Siempre estemos vigilando Con cuidado el corazón; Nuestro Padre nos da fuerzas Al buscarle en oración. Al pensar en días futuros, Caminando de él en pos, No importa la batalla: Vamos a ganar con Dios. 60. En Cristo no hay acepción En Cristo no hay acepción De raza ni color, Hermanos son de un sentir, Unidos en amor. En Cristo hallan unidad Aunque esparcidos son, Ligados por su Espíritu En dulce comunión. Hermanos de la misma fe De todos pueblos son, Cual monumento de su amor, Mostrando salvación. De todos términos vendrán, Cuando al son del clarín, Todos en Cristo se unirán, Por siglos ya sin fin. 61. Te damos gracias por la juventud Te damos gracias por la juventud, Que ama tu camino de virtud; Cierran sus ojos a lo terrenal, Para escoger lo que es eternal. Hora tras hora guárdalos, En tu poder, siempre al seguir en pos; Obrando en bondad, al ver necesidad, Viviendo la verdad con su eterno Dios. Cuando la carne con poder feroz Intenta y quiere enmudecer tu voz, Su fe, su corazón al desmayar, Que los defiendas, ¡ven a ayudar! Cuando Satán con engañosa voz Les tienta a serte infieles, nuestro Dios, Que sepan miles trampas evitar, Y que recuerden todo tu cuidar. 62. Tierno Espíritu ¡Tierno Espíritu, no me dejes! Haz tu hogar en mi corazón. La oscuridad con tu luz disipa, Llenándome de gracia y perdón. Hazme ser templo de santidad y Ven a morar, yo te serviré. Habita en este vaso tan frágil, Yo soy tu siervo y tú mi rey. ¡Tierno Espíritu, no me dejes! Tu fiel promesa ven a cumplir. Sólo tú puedes hacerme santo Y verdadero en todo sentir. Vivificando tú mi conciencia, Librándome de tan vil pecar, Tú mi espíritu perfecciona, Mi corazón limpiando del mal. ¡Tierno Espíritu, no me dejes! En todo tiempo, ven a mi ser. Aunque indigno, quiero servirte, Fortalecido con tu poder. Obedeciendo constantemente De corazón y gentil pensar; Tu voluntad así aprendiendo, Siempre sujeto a tu mandar. ¡Tierno Espíritu, no me dejes! Mantén ardiendo el fuego en mi ser. Así luchando con tu ayuda, Tu nombre puedo engrandecer. Pacientemente corro contigo, Si te soy fiel corona tendré. Quiero honrarte yo con mi vida, Y la armadura al fin dejaré. 63. Que sean uno “Que sean uno, oh mi Padre,” Fue el ruego de Jesús Al orar con sus hermanos Antes de ir a la cruz. Uno con los de ayer Uno con los de hoy en verdad, Uno en Cristo quien nos guarda, Uno por la eternidad. “Que sean uno como somos, Los que tú me has dado aquí; Quedan ellos, y estos pocos Son testigos, pues, de mí.” “Que sean uno, oh mi Padre, Todos que creerán en mí, A que el hombre por los siglos Vea que me enviaste a mí.” “Que sean uno,” sigue orando A su padre el Salvador, Anhelando ver unidos A los suyos en amor. 64. Todo dejo yo a Cristo Cuando mi alma está afligida Y no alcanzo a entender Muchas cosas que suceden Más allá de mi poder: Todo dejo yo a Cristo, Él comprende el porqué; Lo que yo cambiar no puedo En sus manos dejaré. Lo humano, sí, razona Lo que sea el bien o el mal, Pero la respuesta es Cristo, Él es fiel hasta el final. Cada día miro a Cristo, Tierno y lleno de bondad; Y el futuro escondido Él controla con verdad. Un día todos le veremos; La justicia reinará. Las naciones grandes, fuertes, Cada una ante él caerá. 65. Tu aprobación Tuyo soy y yo anhelo Siempre tu aprobación; Por las aguas, y por fuego, En la calma en el turbión. Por aprobación divina Yo me rindo en amor. Dándome a ti hoy día, Por tu célico favor. Toda esperanza mía, Cada ensueño terrenal, Sin aprobación divina Sería sólo temporal. Aun si yo celosamente Sirvo a mi hermano en ti, Yo me esfuerzo inútilmente Sin tu Espíritu en mí. Todos los a quienes amo Chasqueados quedarían Con mi ayuda y consuelo Sin tu mano, sin tu guía. El motivo de mis hechos, Pensamientos y andar, Sea tu aprobación dulce Impelido a amar. 66. Mi primado te doy Oh Dios, hoy vengo ante ti, A darte mi mejor; Mi todo es, recíbelo, Humilde lo doy, Señor. Mi primado te doy, Lo mejor de mi ser, Mi todo en ofrenda A tu santo querer. Ayúdame a continuar, Mis pies dirígelos, Viviendo para tu verdad, Rindiéndote lo que soy. No por tamaño o valor, Es suave el olor; El sacrificio grato es Pues todo te doy, Señor. 67. Que mi espíritu muestre el bien A un destino que ignoro, Cerca o lejos puede estar, En mi corazón andando, Hay disgusto o cantar. Pues la fuerza con que viajo, Mi vigor en el vaivén, Y el valor ya no son nada Si mi espíritu no muestra el bien. ¡Que mi espíritu muestre el bien! Tengo una lucha interna, Sea grande o menor, En mi corazón luchando Siento odio o amor. En mi barco muy pequeño, En la tempestad feroz, En mi corazón bogando Oigo turba o su voz. Final: [AL FINAL:] ¡Que mi espíritu muestre el bien! 68. Señor, el yugo tuyo llevaré Señor, el yugo tuyo llevaré; Ante el pesebre aprendo por la fe; Las cosas vanas que estimaba aquí, Ahora a tus pies son tan vacías, sí. Señor, en yugo tuyo aprendo así, Y reprendido yo, más entendí: Al inclinarte, esclavo, ejemplo das, Lavando tú los pies de los demás. Señor, tu yugo llevo con amor, Cuando tristezas vienen con fervor; Como en Getsemaní, yo oraría, “Padre, haz tu voluntad hoy, no la mía.” Señor, el yugo llevo a tu querer, Si es cruel el hombre, infiel su proceder; Oigo la voz, Calvario lo anunció: “Padre, perdona” todo se cumplió. 69. Tú dejaste tu trono Tú dejaste tu trono y corona por mí Al venir a Belén a nacer, Mas a ti no fue dado el entrar al mesón Y en pesebre te hicieron nacer. Ven a mi corazón, oh Cristo, Pues en él hay lugar para ti; Ven a mi corazón, oh Cristo, ven, Pues en él hay lugar para ti. Siempre pueden las zorras sus cuevas tener, Y las aves sus nidos también, Mas el hijo del hombre no tuvo un lugar En el cual reclinara su sien. Tú, viniste, Señor, con tu gran bendición, Para dar libertad y salud, Mas con odio y desprecio te hicieron morir, Aunque vieron tu amor y virtud. Alabanzas sublimes los cielos darán, Cuando vengas glorioso de allí, Y tu voz entre nubes dirá, “Ven a mí, Que hay lugar junto a mí para ti.” 70. No perderé por ser humilde No perderé por ser humilde hoy, Por perdonar de todo corazón, Pues he sentido el divino amor, Y estoy dispuesto a su mandar, ¡su don! No perderé, pues, Dios me guardará, Siempre en el hueco de su mano fiel, Y al mirar la meta cerca ya, Me da valor para seguir con él. No perderé por obediente ser, A los que mi alma quieren animar; Que sepa yo ser diferente hoy, Y más y más su gracia alcanzar. No perderé si dejo el afán Que mi sendero quiere anublar; Pues Dios dará lo suficiente hoy, Para suplir en la necesidad. No perderé por renunciar amor Que va robando lo que Dios sembró, Que muestre yo amor a los demás, Y para Dios, que mi alma rescató. 71. El amor Yo quisiera tener de tu amor, En mi vida y en mi corazón: El divino amor que es sin rencor, El que brinda bondad y el perdón. Yo quisiera que cada uno aquí Reconozca a Jesús y su virtud. Me concedas, mi Señor, tu gran amor. El amor justo y honesto es, Y no busca su propio interés; Es sufrido y no se irrita tal, Ni en secreto sospecha ningún mal. Por espejo oscuramente veo, Mas un día cara a cara yo veré. Como conocido soy, conoceré. El amor no conoce la altivez; Sin envidia él busca eterna prez. Regocíjase él de la verdad, Sin jactarse, en sincera humildad. Estos tres permanecen todavía: La esperanza, la fe y el amor. El mayor de todo aún es: ¡El amor! 72. Rindo todo a ti Un padre al monte fue Sumiso en amor, A Dios su hijo ofreció, Así dio su mejor. Rindo todo a ti: Lohago por amor. No es mía la vida aquí, Es tuya, mi Señor. En un humilde hogar Un alma por amor Perfume hizo derramar En Cristo, su Señor. Querémoste adorar: Espíritu y verdad; Moriste cual cordero, así Nos diste libertad. Del trono alrededor, Los fieles a una voz Te alaban y loor te dan: Digno eres, nuestro Dios. 73. Tú eres mi porción eterna Tú eres mi porción eterna, Me eres más que todo aquí, Y por todo el camino Aún más cerca iré de ti. Junto a ti, junto a ti, Cada día junto a ti, Hasta verte cara a cara, Quiero estar yo junto a ti. No por lo que el mundo ofrece, Ni por fama ruego aquí: Sufro muy feliz contigo, Sólo que ande junto a ti. Guíame por valle y sombra, Por el mar inquieto aquí; Llévame a estar en salvo Para siempre junto a ti. 74. No a los hombres sirvo No a los hombres sirvo, Ni a ellos pediré, Mas ante ti, oh Cristo, Tu senda seguiré; Delante de mi Maestro Me quedo bien o mal; Lo que los hombres digan No contará al final. Mi obra es para ti, Señor, Mi obra es para ti; En pena o dolor, perder, honor, Mi obra es para ti. Que guíes bien mis pasos Por tu divino amor, Fiel a tu buen ejemplo, Buscando tu favor, Y aun en días oscuros O en la claridad, Hazme ver el descanso Que trae tu voluntad. Mi corazón es débil; No puedo en él confiar, Tampoco fiarme de otros, Pues pueden defraudar; Sólo el que es prudente Tendrá seguridad, La mira puesta arriba, Fiel a su voluntad. 75. ¿No contemplas? ¿No contemplas tú, hermano, Que los campos blancos son? Los obreros ya cansados Terminando su labor. ¡Oh! ¿Por qué has esperado? ¿Cómo puedes tú quedar? ¡Oh! Hermano compasivo, ¿No has oído el gemir De la oveja descarriada Por los montes a morir? ¿Has podido desoírles? A su ayuda puedes ir. ¿No lamentas tú, hermano, Por el hijo que vagó Lejos de su Padre amado? De su hogar se separó. ¿No deseas tú buscarlo, El por quien Jesús murió? ¿No has visto tú, hermano, En su humilde suplicar, Las naciones sin amparo, Sin quien guíe en el mar? ¿No has dicho, “Oh, mi Padre, Heme aquí a tu mandar?” 76. Un paso más Un paso más daré contigo, oh Cristo, Un paso más por la jornada aquí; Por lágrimas o muerte solitaria, La mano doy; iré pues junto a ti. Un voto más haré a ti, oh Cristo, Un voto con firmeza de verdad; Si al cumplirlo todo me impide, Sostenme para hacer tu voluntad. Un tramo más confío a ti, oh Cristo, Un tramo más, no obstante el altar; Do nadie ve daré mi pobre vida Sin contemplar el precio o pesar. Un ruego más elevo a ti, oh Cristo, Un ruego más constante y eficaz: Mi vida toma, infunde amor eterno; Luego al fin tu imagen, pues, verás. 77. Apreciamos sus hogares Apreciamos sus hogares Como puertos en la mar, Y volvemos de lo frío Al calor de su hogar. Siempre orando, vigilando, Y contando de su amor, Fieles en su puesto aquí Hasta el cielo alcanzar. Apreciamos oraciones Por nosotros en su hogar, Para que sigamos fuertes Contra el mundo a luchar. Apreciamos su cuidado En seguir con interés Las labores en los campos Regresando a la mies. Apreciamos su apoyo Al venir a escuchar El mensaje siempre nuevo De perdón y libertad. Apreciamos testimonios De su vida, de su prez, Y su celo nos inspira a Ser constantes en la mies. 78. La oración del siervo Padre, mi hora ya llegó, Manda a tu Hijo unigénito, Cual la luz de amanecer Aparece al que la anhela ver. Hijo, lleva el mensaje a todo ser, Da esperanza, reposo y paz, Ilumínales que puedan comprender Mi eterna bondad, solaz. Maestro, yo tu siervo soy, Aunque indigno te sigo hoy. Con tu amor divino envía Tu ayuda; soy tuyo; ¡siempre guía! Ve discípulo mío al mundo entero Te envío como el Padre me envió; No desampararete, que soy sincero Hasta el fin, sí, del siglo yo. Tu amor contemplo hoy: ¿Sin reserva mi vida doy? Padre, bien dispuesto estoy, Heme aquí, Padre, heme aquí, yo voy. Hijo, lleva el mensaje a todo ser, Toma el yugo, óyeme, sigue en pos, Ilumínales que puedan comprender Mi bondad, mi humildad, mi voz. 79. La puerta de la mies Parecía por primera vez Vio el joven la puerta de la mies. Bajo el sol ardiente se extendía La cosecha a medias, ¿Ayuda habría? Se ondulaba el campo dorado allá, A la lluvia y viento expuesto ya. Se ondulaba el campo dorado allá, A la lluvia y viento expuesto ya. A los segadores, de dos en dos, Observó trabajar, de Jesús en pos, Sin hogar, pocos, sacrificándose Para cosechar fruto de la fe. Y el gozo de ocupar lugar Se veía en los rostros de cada par. Y el gozo de ocupar lugar Se veía en los rostros de cada par. El joven quedó asombrado, pues, Con el pensamiento de la mies. Vio extensos campos sin atender, Por falta de manos, sin comprender Que hacen falta voluntad, valor, Almas conmovidas por amor. Que hacen falta voluntad, valor, Almas conmovidas por amor. Recordó la palabra que se habló: Es mucha la mies, mas obreros, no. Conmovió como nunca su corazón A ayudar en la mies, ¡noble la misión! Hoy se inspira él con valentía, Por visión de Dios que miró aquel día. Hoy se inspira él con valentía, Por visión de Dios que miró aquel día. 80. Levanta hermano los ojos Levanta ahora hermano mío tus ojos A campos blancos para cosechar; Las almas a juntar, santos manojos, El maestro te invita a trabajar. Tus ojos ya levanta a la cosecha: ¡Tan grande es! ¡Tan grande es! Para salvarla ya tu suerte echa; ¿Tendrás la fe? ¡Ven a la mies! ¿Por qué tus manos quedarían ociosas, Cuando lugar hay para recoger? Del mundo muchas almas tan preciosas Sin esperanza van a perecer. La mocedad muy pronto va pasando, En el poniente brilla el arrebol; La voz del Maestro sigue convidando, Ya no demora en ponerse el sol. 81. Mándanos a trabajar Mándanos a trabajar, te rogamos otra vez; Mándanos con visión clara a ocuparnos en la mies. Nuestra voluntad dispuesta a seguir con tu poder; Olvidando la derrota, nos ayudas a vencer. Otra vez, Señor, nos mandas A la mies a trabajar, Que seamos más valientes, Bien dispuestos a sembrar. Mándanos a ir en contra cada pensamiento tal Que nos robe y desanime, y que no sea celestial. Que nos diga, “No eres digno en la mies pertenecer, Débil eres y has faltado en cumplir con tu deber.” Mándanos con la confianza que tu gracia bastará, Y en las luchas y batallas, tú nos fortalecerás. Luchas contra lo humano que desvían al corazón, E intentan apartarnos de la obra y convicción. 82. Apreciamos su salida Apreciamos su salida A la obra por amor Con el evangelio puro De Jesús el Salvador. Sigan siempre en la siembra Y cantando con fervor, Hasta alcanzar el fin, Terminada su labor. Apreciamos que su siembra Es de gracia y verdad, Y se ve que va creciendo Para la eternidad. Apreciamos que los himnos Traen mensajes de verdad, Y su interés ya vemos En cuidar su pueblo acá. Apreciamos su esfuerzo, Dando siempre su mejor, Y oramos que otros lleguen Al camino del Señor. 83. No quede yo ¿He de dejar mi patria do he sentido La paz y el gozo que han crecido en mí, Y el mar cruzar a lo desconocido, Gastar mis días por otro pueblo allí? Mas recibí de aquel país visión: Muy pocos siervos, mucha mies; Responde mi alma a Dios con decisión: ¡No quede yo, no quede, pues! ¿Y he de dejar preciosos compañeros Que han ayudado a mantenerme en pie? Me inspiraron con amor sincero, Que no volviera atrás jamás, lo sé. ¿Y he de dejar los muy queridos santos? Fieles a Dios, me animan a luchar; De alma, corazón y hogares tantos, Dan luz y amor, mi alma a llenar. ¿Y he de dejar las almas por las cuales He trabajado, orando en verdad? Pues en el mundo siguen aún los tales Negando doblegar su voluntad. ¿Y he de dejar vacío aquí que siento, Con menos siervos a cuidar la grey? ¿O habrá respuesta al santo llamamiento, Vidas dispuestas a enseñar su ley? 84. Semilla sembrada Semilla sembrada en la primavera Rociada del cielo y mi lagrimar, Pues otro cantando, contento segando, Mi grano recoja en el más allá. Hondo más hondo y de cuando en cuando Penetra mi alma el triste clamor, Mas la pena sembrando, y el canto segando, Se ligan en gozo en el más allá. Pues otro segando mi siembra recoja, Gozando el fruto de mi congojar; Dolor ignorando en calor desmayando, Haciendo en lluvia y en sol mi labrar. Espinas ahoguen, solazos marchiten Gran parte del grano que yo cultivé; Mas Cristo velando me ve fatigando: Darame cosecha por lo que sembré. 85. Señor, anhelo escuchar Señor, anhelo escuchar de nuevo De Cristo, junto al mar, su dulce voz, Y otra vez dejar mi parentela; Repíteme, “Venid de mí en pos.” Mi vista alza a campos esperando, Cercanos ya, o lejos por la mar, Permíteme seguirte, dando todo, Y sólo a ti sembrar o cosechar. Oh hazme ver rebaños sin ayuda, La multitud en derredor, y yo Diré entonces, “Doquier que ellos vaguen, Las almas son por quienes él murió.” Inspírame con compasión divina A amarte como me amaste a mí, Pon en mi alma un deseo ferviente De encaminar al pecador a ti. Oh guárdame de toda negligencia, Creciendo más y más en tu amor; Y en el día de tu bienvenida Que me encuentres fiel en tu labor. 86. Un siervo amado Un siervo amado, como suave ofrenda, Hacia el cielo el viaje emprendió. Habitará en la morada eterna, Que a los suyos Jesús preparó. Amó a su Maestro Con gran fidelidad. Así podrá adorarle Por la eternidad. Toda una vida a Jesús sirviendo, Fue tan hermoso su peregrinar. Dando su todo, ha llegado al cielo De Dios, amando su santa verdad. Fiel mensajero que gastó su vida En el camino de la salvación. Dios en justicia premiará su obra Al darle siempre de su bendición. No es tristeza que él ha partido, Porque tenemos la consolación De Dios que dice, “Mora ya en salvo, En mi celeste y divina mansión.” 87. Toma tu cruz Cruzando por el campo yo lo vi, Él agobiado por la cruz, Llevando mi pecado y dolor, Tan sólo por amor, por mí. Toma tu cruz y sígueme, Oí decir con tierna voz, Es poco lo que sacrifico yo: Él todo dio por mí. Llamé por nombre a mi Salvador, Yo vi sus manos y sus pies; Me dio valor para llevar con él Vergüenza que llevó por mí. ¡Oh! déjame llevar tu cruz pedí, Y he aquí apareció La cruz que nunca quise yo llevar, Pensaba que no fue por mí. Mi cruz la llevaré Señor por ti, Doquier tus pasos me guiarán, Do lágrimas tus manos limpiarán, Y hermanos siempre gozarán. 88. Sigue constante en tu gran labor Sigue constante en tu gran labor, Tu gozo es así cumplir, Y el sendero que el Maestro nos trazó Es donde el siervo ha de ir. No es en vano amar tu labor, Perdiendo aquí, ganancia habrá. Aquí el hombre no te reconocerá, Pero tu Dios te honrará. Las almas mueren en tu derredor, Sin esperanza más allá. Alza la antorcha y de lejos se verá La luz que quita oscuridad. Sigue constante tú sin desmayar, No dejes de velar y orar. Lanza tus fuerzas todas almas a salvar, Y entre sabios a morar. 89. Ved a Cristo Ved a Cristo compasivo, Quien su sangre derramó; ¡Qué amor que él nos tuvo Cuando su hogar dejó A buscar a pecadores Que erraban! ¿Puede ser? ¡Qué amor incomprensible! ¿Puede ser, puede ser? ¡Qué amor incomprensible! ¿Puede ser, puede ser? Ved al Salvador andando Junto al mar, humilde fue. Oídle con ternura hablarles, “Pescadores os haré. Quiero que vayáis conmigo Mientras haya vida aquí. Quiero que busquéis las almas Que tan lejos van de mí. Quiero que busquéis las almas Que tan lejos van de mí.” Vedle ahora arrodillado Solo en Getsemaní; Oíd su voz divina, firme, “Tomaré la copa aquí.” Débil, triste, desmayado, Yendo solo a morir, Vedle padecer paciente Al morir, al morir. Vedle padecer paciente Al morir, al morir. 90. Jesucristo en Calvario Jesucristo en Calvario Nuestras culpas las llevó. Todas las ofensas nuestras Con su sangre las pagó. Por mí él vivió, Murió, revivió, Al hacerle rey de todo, Esperanza dio. Jesucristo en el huerto, Al sepulcro venció él. Su justicia la hizo nuestra, Nos salvó de muerte cruel. Jesucristo intercede Desde el trono donde está. Gracia y misericordia Suficientes él nos da. Nuestra gloria es Jesucristo, La victoria ya sin par. Él las tentaciones vence En nosotros al morar. 91. Apreciamos tu venida Apreciamos tu venida A este mundo, Oh Jesús, Para traernos esperanza De morar por siempre en luz. ¡Que sepamos, Padre nuestro, Apreciar tan grande amor, Dando todo nuestro ser, Viva ofrenda y loor. Apreciamos la ofrenda De tu vida al Dios de paz, Entregada por completo En su voluntad, veraz. Apreciamos que tu sangre Fue vertida en amor, Por limpiarnos del pecado: Perdonarnos, por favor. Apreciamos la noticia Que el primer día se oyó: El venció, la muerte y tumba, No está aquí, ¡Resucitó! Títulos, primeras líneas, y el Coro 49 Al ir de Cristo en pos (title) 49 Al ir de Cristo en pos (first) 2 Al pasarse la vida (title) 2 Al pasarse la vida nuestra, (first) 52 Amados de Dios (title) 52 Amados de Dios, somos de su pueblo, (first) 86 Amó a su Maestro (chorus) 55 Amor supremo, gran amor (chorus) 82 Apreciamos su salida (title) 82 Apreciamos su salida (first) 77 Apreciamos sus hogares (title) 77 Apreciamos sus hogares (first) 91 Apreciamos tu venida (title) 91 Apreciamos tu venida (first) 67 A un destino que ignoro, (first) 30 Ayúdame en cada día (title) 30 Ayúdame en cada día, oh Cristo (first) 48 Bajo tus alas (title) 21 Contadme a mí de su amor, (chorus) 6 Contadme más (title) 6 Contadme más de Jesucristo, (first) 6 Contadme más, me es menester (chorus) 22 Críame este niño (title) 22 “Críame este niño,” fue un plan que hizo Dios, (first) 5 Cristo llama (title) 5 ¡Cristo llama, oh cansado! (first) 87 Cruzando por el campo yo lo vi, (first) 64 Cuando mi alma está afligida (first) 10 Cuenta de cómo vivió y murió, (chorus) 12 Cuenta la hermosa historia, (chorus) 39 Cuerdas cayeron (title) 39 Cuerdas cayeron, hermosa herencia, (first) 10 Cuéntame del gran amor (title) 10 Cuéntame del gran amor de Jesús, (first) 48 Descansamos, Padre amado, bajo tus alas; (first) 37 Digno eres (title) 37 Digno eres, digno eres, (first) 19 Dios anhela transformarte (title) 19 Dios anhela transformarte (first) 4 Dios a todos hoy invita (title) 4 Dios a todos hoy invita (first) 53 Dulce el descanso (title) 53 Dulce el descanso al amanecer, (first) 17 Dulces palabras (title) 17 Dulces palabras, eternas, sin par, (first) 13 El alma triste hallará (chorus) 71 El amor (title) 17 El grano al sembrar ante su faz, (chorus) 56 El Padre siempre encubre en amor (chorus) 46 emboscadas van, (chorus) 29 En cada prueba (title) 29 En cada prueba, Dios, miro a ti (first) 23 En Calvario sufriste por mí. (chorus) 60 En Cristo no hay acepción (title) 60 En Cristo no hay acepción (first) 8 En desierto vagando (title) 8 En desierto vagando, solo y sin Jesús, (first) 59 En el huerto, en el huerto (chorus) 21 En horas amargas (title) 21 En horas amargas de tribulación, (first) 1 En la casa de mi Padre, (chorus) 1 En provincia muy distante del (title) 1 En provincia muy distante del amparo del hogar, (first) 32 Enséñame a orar (title) 32 Enséñame a orar, con fervor, (first) 46 En todo el mundo (title) 46 En todo el mundo el pueblo va a luchar, (first) 36 Entonad de Sion los himnos, los más dulces a saber; (first) 53 Este reposo, oh Maestro, dame a mí, (chorus) 9 Grato es saber la historia (title) 9 Grato es saber la historia, (first) 35 Guárdanos, guárdanos (chorus) 55 Hallábame en soledad (title) 55 Hallábame en soledad, (first) 51 He de buscarte (title) 51 He de buscarte, oh Dios de mis padres, (first) 83 ¿He de dejar mi patria do he sentido (first) 36 Himnos de Sión (title) 84 Hondo más hondo y de cuando en cuando (chorus) 61 Hora tras hora guárdalos, (chorus) 14 Hoy la voz de Cristo llama (title) 14 Hoy la voz de Cristo llama (first) 47 Hoy mi alma te desea (title) 47 Hoy mi alma te desea, (first) 54 Hoy tan contentos (title) 54 Hoy tan contentos nos juntamos, (first) 90 Jesucristo en Calvario (title) 90 Jesucristo en Calvario (first) 73 Junto a ti, junto a ti, (chorus) 12 La más dulce historia (title) 12 La más dulce historia oigo (first) 50 La noche oscura (title) 50 La noche oscura en derredor, (first) 78 La oración del siervo (title) 79 La puerta de la mies (title) 56 La senda del mañana (title) 56 La senda del mañana oculta es, (first) 43 Las gracias doy por tu obra en mí, (chorus) 80 Levanta ahora hermano mío tus ojos (first) 80 Levanta hermano los ojos (title) 16 Los muchos buscan paz en los placeres, (first) 81 Mándanos a trabajar (title) 81 Mándanos a trabajar, te rogamos otra vez; (first) 31 Más amor (title) 31 Más amor, mi Señor, (chorus) 83 Mas recibí de aquel país visión: (chorus) 33 Mi alma busca a ti, Señor (title) 33 Mi alma busca a ti, Señor, (first) 26 Mi corazón dispuesto está (first) 74 Mi obra es para ti, Señor, (chorus) 66 Mi primado te doy (title) 66 Mi primado te doy, (chorus) 24 Mi Señor me habla (title) 24 Mi Señor me habla, Y ya, mi corazón en calma está. (first) 4 Nada importa en esta vida, (chorus) 74 No a los hombres sirvo (title) 74 No a los hombres sirvo, (first) 75 ¿No contemplas? (title) 75 ¿No contemplas tú, hermano, (first) 25 No dejes que mañana nuble (chorus) 5 No desprecies la llamada (chorus) 57 No esté mi alma (title) 57 No esté mi alma llena de tristeza, (first) 40 No ha faltado Dios (title) 40 No ha faltado Dios a sus promesas, (first) 49 No lo que quiera ser (chorus) 70 No perderé por ser humilde (title) 70 No perderé por ser humilde hoy, (first) 26 No puedo regresar (title) 26 No puedo regresar, (chorus) 83 No quede yo (title) 58 Nos da Dios más gracia (title) 58 Nos da Dios más gracia si es grande la carga, (first) 37 Nos has redimido (chorus) 41 No sé por qué Dios me mostró (title) 41 No sé por qué Dios me mostró (first) 25 No te conturbes (title) 25 No te conturbes, fiel sé a Cristo, (first) 28 No temas, hijito (title) 28 No temas, hijito, al caminar, (first) 28 No temas tú, oh hijo mío, (chorus) 42 Nuestro corazón rebosa (title) 42 Nuestro corazón rebosa gratitud por (first) 13 Oh alma triste de buscar (title) 13 Oh alma triste de buscar, (first) 20 Oh Cristo, en ti (title) 20 Oh Cristo, en ti mi alma encontró (first) 44 Oh Dios, agradecido estoy (title) 44 Oh Dios, agradecido estoy (first) 66 Oh Dios, hoy vengo ante ti, (first) 38 Oh, Jesús, Salvador (chorus) 3 ¡Oh, si supiéramos! (title) 3 ¡Oh, si supiéramos lo que costó, (first) 16 Oh, vuelve a Dios (title) 16 Oh, vuelve a Dios, quien aguas nuevas da; (chorus) 34 Ora siempre (title) 34 Ora siempre, aquí está Dios, (first) 47 Oro siempre por los siervos (chorus) 81 Otra vez, Señor, nos mandas (chorus) 31 Padre, escucha mi oración, ruego en humildad: (first) 78 Padre, mi hora ya llegó, (first) 79 Parecía por primera vez (first) 15 Paz, dulce paz (title) 15 Paz, dulce paz, en este mundo vil, (first) 41 Pero sé en quien he creído, (chorus) 65 Por aprobación divina (chorus) 90 Por mí él vivió, (chorus) 9 Pronto pasa esta vida, (chorus) 57 Pues hoy, Señor, confía mi alma en ti; (chorus) 67 Pues la fuerza con que viajo, (chorus) 20 Pues sólo Cristo me saciará; (chorus) 67 Que mi espíritu muestre el bien (title) 63 Que sean uno (title) 63 “Que sean uno, oh mi Padre,” (first) 91 ¡Que sepamos, Padre nuestro, (chorus) 23 Quiero siempre luchar (title) 23 Quiero siempre luchar sin jamás vacilar, (first) 27 Quisiera hacerme fuerte (title) 27 Quisiera hacerme fuerte en la lucha, (first) 45 Quisiera yo pedirte que aumentes más mi fe, (chorus) 43 ¡Qué hermoso nos es recibir (title) 43 ¡Qué hermoso nos es recibir (first) 59 ¿Qué nos da la esperanza? (title) 59 ¿Qué nos da la esperanza (first) 72 Rindo todo a ti (title) 72 Rindo todo a ti: (chorus) 84 Semilla sembrada (title) 84 Semilla sembrada en la primavera (first) 85 Señor, anhelo escuchar (title) 85 Señor, anhelo escuchar de nuevo (first) 35 Señor, deseo tu dirección (title) 35 Señor, deseo tu dirección (first) 68 Señor, el yugo tuyo llevaré (title) 68 Señor, el yugo tuyo llevaré; (first) 18 Señor, en mi necesidad (title) 18 Señor, en mi necesidad, (first) 45 Señor, quisiera darte (title) 45 Señor, quisiera darte las gracias por tu amor, (first) 77 Siempre orando, vigilando, (chorus) 82 Sigan siempre en la siembra (chorus) 88 Sigue constante en tu gran labor (title) 88 Sigue constante en tu gran labor, (first) 2 Si viéramos cómo es el más allá (chorus) 7 Tal como soy (title) 7 Tal como soy y sin petición (first) 54 Tan pronto todo va pasando (chorus) 61 Te damos gracias por la juventud (title) 61 Te damos gracias por la juventud, (first) 14 Te llama, sí, te llama, sí, (chorus) 33 Te necesito, Oh! Señor, (chorus) 62 Tierno Espíritu (title) 62 ¡Tierno Espíritu, no me dejes! (first) 64 Todo dejo yo a Cristo (title) 64 Todo dejo yo a Cristo, (chorus) 87 Toma tu cruz (title) 87 Toma tu cruz y sígueme, (chorus) 51 Tu amor eterno llena mi alma, (chorus) 65 Tu aprobación (title) 11 Tu buen camino, enséñame (title) 11 Tu buen camino, oh Dios, enséñame, (first) 69 Tú dejaste tu trono (title) 69 Tú dejaste tu trono y corona por mí (first) 73 Tú eres mi porción eterna (title) 73 Tú eres mi porción eterna, (first) 38 Tú has sido mi ayuda (title) 38 Tú has sido mi ayuda, (first) 80 Tus ojos ya levanta a la cosecha: (chorus) 65 Tuyo soy y yo anhelo (first) 63 Uno con los de ayer (chorus) 72 Un padre al monte fue (first) 76 Un paso más (title) 76 Un paso más daré contigo, oh Cristo, (first) 86 Un siervo amado (title) 86 Un siervo amado, como suave ofrenda, (first) 89 Ved a Cristo (title) 89 Ved a Cristo compasivo, (first) 69 Ven a mi corazón, oh Cristo, (chorus) 71 Yo quisiera tener de tu amor, (first) Spanish Language Hymnbook Published in 2009 ebook version: 11.10.15 Títulos, primeras líneas, y el Coro